“No muestres todas tus cartas”, ¿alguna vez escuchaste esto? Yo lo escuché un montón de veces. Mi abuela me lo decía cuando mi novio comenzó a cortejarme. Yo entendía sus buenas intenciones. Ella no quería que yo me ilusionara rápidamente con una relación que estaba iniciando y que por cosas de la vida yo podía salir afectada. Ella decía que era la forma eficaz despertar más el interés en el hombre, él se esforzaría más y se tomaría más en serio la relación; pues los hombres generalmente valoran más las mujeres que se hacen las difíciles. Sin embargo, yo lo veo como la manera no funcional de ponernos capas protectoras innecesarias, porque de las malas experiencias aprendemos.
No muestres todas tus cartas, significa no demostrar lo sientes. Es no dedicarle tiempo. Es darle la menor información posible sobre ti. Es no contestarle rápidamente, porque de lo contrario es confirmarle que estás esperando las 24 horas del día por esa persona. Evidentemente, no entraba en una disputa con mi abuela por respeto a ella, pero ¿por qué no demostrar mis sentimientos y actuar de una manera hiriente? ¿Ese alguien puede burlarse de mí o no valorar mis sentimientos? Sí, eso puede suceder y me ha pasado también. Entiendo que la persona que no valora mis sentimientos, no es digno de ellos. Pero cuando alguien me gusta no puedo y no quiero esconder mis sentimientos. Yo decido ser sincera, demostrarlo y gritarlo en los cuatro puntos cardinales, y como dijo el Apóstol, “Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto.”
Cuando una persona me interesa y hace lo que mi abuela me aconsejaba. No me escribe. No me demuestra amor. No responde mis preguntas. No es recíproco con mis sentimientos. No me contesta hasta pasada 8 horas y hasta una semana después. Definitivamente, yo pierdo el interés y todo lo que voy sintiendo se enferma con ese virus llamado “no muestres todas tus cartas”, hasta el punto que mata lo que yo siento y los sueños de un plan de vida juntos. Mientras tanto eso no sucede, expreso mis intenciones y sentimientos y mantengo mis acciones en consecuencia con ello.
No se conforme con poco. En las relaciones amorosas, es todo o nada. Como dice en el libro Cantar de los Cantares 6:3a “Yo soy de mi amado, y mi amado es mío”. Las migajas no valen en este negocio. Los encuentros de temporadas, tampoco son aceptables porque usted no es un analgésico. Pueden que estén lejos geográficamente, pero la peor distancia es la espiritual. Puedes estar a 5 cm de distancia física y tu mente en el planeta Martes. No te escondas. No te limites a demostrar lo que sientes. Recuerda por encima de todo, vístete de amor, demuestra ese amor, vive ese amor y lucha por ese amor, que es el vínculo perfecto. Dios le bendiga.